domingo, 17 de junio de 2012

La no-solemnidad del amor.

La vida gira en torno al amor.
A la falta de amor, a la búsqueda del amor, al amor real, al amor ficticio, al amor concretado o al amor no correspondido, al amor negado, al amor oculto, al amor exagerado, a todo tipo de amor.
El amor a uno mismo, el amor a los demás. El amor a los amigos, el amor a la familia, el amor a las mascotas.
El amor al amor mismo, el amor a la vida misma.
La falta de amor, la antítesis del amor: el odio también es eje, porque la vida se basa en opuestos.

Porque todo lo que hacemos, depende de cuánto amor sentimos.
No hablo de romance, no hablo de telenovelas ni de poesía.

Hablo de amor como motor natural, innato e inconsciente.
Y le saco solemnidad al amor; puede ser sublime, pero puede ser también cotidiano.
Está siempre, el amor o la ausencia del amor, y puede tener diferentes magnitudes.

No se si soy clara.
Me refiero a algo así como que según cuánto uno ama, su vida toma determinado curso, distinto al camino que toma cuando, por ejemplo, se odia.
Si uno ama su carrera, la transita con una dedicación particular.
Si uno odia a su familia, probablemente tendrá dificultades en ciertos aspectos, como lo afectivo.
Si uno ama a una mascota, explora un terreno único e inexplicable de amor totalmente puro y desinteresado.
Si uno odia a la sociedad, vivirá como ermitaño.
Si uno ama a la vida, cuidará de ella tanto en lo ajeno como en lo propio.
Si uno odia la muerte, vivirá con miedo.

...son solo ejemplos para poder explicar mejor mi teoría.

Cabe aclarar que no estoy hablando de utopías, de una ilusión donde todos nos amamos.
Un mundo feliz lleno de abrazos y besos por doquier.
NO. 
Simplemente, siento que todo tiende al amor. Si tamizamos todas las acciones del ser humano, se decanta el amor.

En algunos casos es más evidente, como tener un hijo, por ejemplo.
En otras circunstancias, es más complejo el tamizado.
Pero todo lo que ocurre en la vida de un ser humano, tiene como eje el amor. El resto son accesorios, decoraciones, escenografía.

Cuando un ser muere, deja una estela de amor.
O de odio.

Puede dejar, también, creaciones, descubrimientos; cosas productivas, digamos.
Que son, para mí, materializaciones del amor que sintieron por algo:

Por la literatura, por el arte, por la salud, por la gente, por la vida... infinitos etcéteras.

Pero al final de cuentas, creo yo, todo gira en torno al amor.
Tanto decir la palabra "amor" me marea y me hace sentir cursi. Pero no lo soy, no soy cursi, y justamente por eso creo que veo al amor de una forma menos solemne, y más real y natural.


2 comentarios:

  1. Sí, el amor es real, no es ni bueno ni malo, es solo amor y creo que es el estado más esencial que existe! Divino amiga

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  2. Soy tan cursi que mi acuerdo está contigo, insolemne, real y natural.¡Besos!

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